Crónicas de Chéfil

Querido Emilio vivelavida,

Creo que está de más decirte que eres una de las personas que más quiero en este mundo y que siento tus alegrías y decepciones en mi propia carne, aparte de que personalmente te encuentro tremendamente atractivo y sorpendentemente ingenioso. Es cuando tú tomas el control de la nave cuando solemos pasar algunos de los ratos más divertidos. No obstante, he creído conveniente informarte de una serie de hechos y recomendaciones que, si eres capaz de seguir, nos van a reportar tremendos beneficios y evitarán numerosas inconveniencias:

1. Debes aprender cuál es tu (nuestro) límite a la hora de beber. Sí, sé que a medida que avanza la noche es progresivamente más difícil contar, pero incluso tú deberías saber que 5 o 6 pintas y 2 o 3 copas de vino (a ver si te aclaras) son más de lo razonable, especialmente cuando llevas una temporada medianamente larga sin ingerir alcohol.
2. Por simpático que parezca, abrazar fraternalmente por el cuello a un vecino que te acaban de presentar hace dos noches y decirle: Everything closed? I hate the fuckin' England. You should come to live to Spain, bastard , no es una práctica recomendable.
3. Intentar que una inglesa, aunque haya estudiado una asignatura de castellano en la Universidad, entienda frases del tipo: Joder, menuda castaña que llevo o Vaya pedal más tonto que hemos enganchao es demasiado optimista. Pretender que cante contigo el A mí me gusta el pipiribipipí o Hemos venido a emborracharnos, es simplemente inútil.
4. Odio parecer egoísta, pero estaría bien que te acordarás que al día siguiente yo vuelvo a ser el responsable del cotarro y tengo que trabajar. Yo con TU sueño acumulado y TU resaca. Cabrón.
5. Pero no todo van a ser críticas. Déjame felicitarte por ser capaz de llegar al baño desde la cama cuando llegó el inevitable momento en que la habitación se puso a dar vueltas y hubo que vomitar los excesos. Toda una muestra de saber estar. Lástima que sólo lo hicieras la primera vez. No sé de dónde sacaste la idea a la segunda de que el lavabo del cuarto era un receptáculo más que adecuado. En cuánto ví la sorpresa que amablemente me habías dejado preparada, pensé que no había nada peor que tener que limpiar aquello. Me equivoqué. Por un momento dejé el control a nuestro inoportuno amigo, Emilio torpedeloscojones. A pesar de mis esfuerzos posteriores, todavía puedes comprobar los resultados de su hazaña en la moqueta, a la entrada de nuestra habitación.

Te recomiendo humildemente que imprimas los preceptos anteriores, preferiblemente con una tamaño de letra grande y los cuelgues en algún sitio visible antes de salir de casa, tal vez junto al espejo. O llévalos siempre en la cartera. Eso sí, intenta acordarte de repasarlos cuando todavía seas capaz de leer. No me gusta amenazar, pero si no eres capaz de seguir esta sencilla serie de instrucciones, me veré obligado a poner en marcha esos desagradables mecanismos que pueden estropear la mejor de las noches. Mala conciencia y remordimientos. Avisado quedas.

Sin otro particular, se despide tu apreciado

Emilio responsable.

P.D: Antes de que preguntéis, me permito aclarar que se trata de un post de borrachera-ficción. No hay un Emilio vivelavida ni mucho menos un Emilio torpedeloscojones. El único existente es el que todos conocéis, el Emilio responsable.